LOS AILANU
    Y ante las razas mortales aparecieron, resplandecientes como Idiam, hermosos como los dioses a los que precedían y poderosos como lo que eran, la perfección encarnada, los Ailanu.
    Y de los labios del primero de ellos salieron palabras que conmovieron los corazones de los presentes con palabras de bienaventuranza, y dio la buena nueva, la que decía que el pueblo de Balein había sido escogido para que se les otorgara el legado de los Tayshari, y sus palabras insuflaron esperanza en el corazón de los hombres.
    Y tras esparcir la buena nueva se fueron, caminando sobre sus pies descalzos, y allí por donde pisaban crecían hierbas y flores, y en el corazón de aquellos que los contemplaron quedo marcado el deseo de llegar a ser algún día como ellos.
 
Extraído de “Tayshari, crónica de los dioses”
Por: Lexius Meslate
 
    Los Ailanu fueron creado por los Tayshari para que fueran ejemplo e inspiración para las razas mortales de Daegon, y con la promesa de que aquel que siguiera fielmente la doctrina que dictaban seria “llevado” hasta un nivel superior de existencia en el que no tendría que preocuparse por los asuntos banales como la edad el hambre o la enfermedad.
    Para ellos cogieron especímenes humanos bien desarrollados, y los evolucionaron hasta que alcanzaron los limites en su desarrollo, convirtiéndolos en seres virtualmente perfectos tanto física como intelectualmente, pero conservando las personalidades básicas de cada uno de los sujetos intactas.
    Lo que no comprendieron los Tayshari a pesar de su sabiduría era lo que conllevaría esta evolución forzada. Durante los primeros tiempos de su existencia los Ailanu vivieron felices descubriendo los limites de sus recién adquiridos cuerpos y forzando las capacidades de su mente para la consecución de los objetivos de sus creadores.
    Pero cuando esa tarea inicial fue completada, y ya no eran necesitados, muchos de ellos buscaron nuevas metas movidos por le aburrimiento. No había retos para ellos, y eran incapaces de encontrar algo que los alejara de la monotonía. Muchos de ellos se suicidaron para escapar de el tedio, y otros se contuvieron de imitarlos ya que según los preceptos de los Tayshari, al morir había una recompensa para los mortales, pero no sabían que les esperaba a ellos. Estos fueron los primeros en odiar a los Tayshari por haberlos convertido en lo que eran. Los acusaban de haberlos usado, y una vez que habían cumplido su misión haberse olvidado de ellos.
    Este odio fue aprovechado por otros Ailanu sedientos de poder para comenzar a sembrar dudas en los principales estamentos de la iglesia lo cual provoco el nacimiento de múltiples facciones dentro de esta, y eran los arribistas que manejaban los hilos desde la sombra quienes controlaban estas facciones.
    Fue poco después del comienzo de estas disputas internas cuando estallo la segunda guerra de los dioses, y las crisis de fe que esta provoco. Durante la guerra entre dioses hubo una serie de disputas entre estas facciones por hacerse con el poder de la iglesia, y fue este el momento que aprovecho Ergh para dar el golpe de gracia aprovechándose de la debilidad de sus enemigos tras mucho tiempo de disputas. 
    La primera acción que realizo Ergh como sumo pontífice la iglesia Tayshari fue proclamar la muerte de los dioses, y la segunda fue autoproclamarse dios protector de Daegon. Durante muchos años, Ergh y aquellos que le apoyaban habían estado estudiando nuevas fuentes de poder, y fue durante estos experimentos en los que Rogani, su segundo, descubrió lo que hoy se denomina magia planar mediante el estudio de los humanos y Dragónidas. Asimismo fue también durante esta época cuando se descubrió la existencia de otros planos.
    Gracias a la magia planar Ergh logro su proclamación con escasos problemas. Se presentaba ante la gente como un dios benévolo, curando con sus manos males que difícilmente podían tratar o diagnosticar las maquinas, ganándose con estas acciones el aprecio del pueblo.
    Pero había mucha gente que desconfiaba de Ergh, y para eso creo este a los Italerien. Esta era una orden militar y religiosa que perseguía a aquellos que se oponía o bien negaban la divinidad del nuevo dios. Estaban equipados con lo mejor que podía ofrecer la tecnología y entrenados en el uso de la magia planar. Durante los primeros siglos de su existencia esta era solo conocida por unos pocos, y ocultada al publico en general, ya que Ergh no poseía todavía la fuerza para respaldar los objetivos que perseguía, pero gracias a la buena labor de sus inquisidores fue pavimentando si camino poco a poco.
    Primero prohibió la adoración a los dioses muertos, en un principio a sus seguidores, pero con el tiempo gano el suficiente poder como para imponerlo a aquellos que no lo eran. Los señores de los Italerien fueron colocados en puestos de poder en aquellos lugares en los que los Tayshari habían sido adorados y fueron extinguiendo el culto hacia estos. El único culto con el que no pudieron acabar fue uno muy joven, el culto a Avjaal, pues a pesar de que los nuevos dogmas aseguraban que los dioses habían muerto, nadie podía negar que la muerte seguía ahí.
    Pero según iba ganando en poder político Ergh también aumentaban sus enemigos. Mientras el mantenía un control férreo y prácticamente absoluto al este de las montañas Thrull (actualmente las montañas Zorak), al oeste de estas y sobre todo en el continente de Nargion había mucha gente que escapaba al control de la nueva iglesia.
 La parte oeste del continente estaba dominada por los once grandes protectorados, Grudar, Naragaz, Kayath, Kayuren, Rashull, Najruss, Lyrten, Dagorel, Letnur, Doreth  y Jormún, y ninguno de ellos estaba dispuesto a cederle a Ergh su hegemonía fácilmente. Esta fue toda la excusa que necesito Ergh para declarar una guerra selectiva contra ellos.
    Primero provoco una fuga de talentos de los protectorados ofreciendo a estos grandes recompensar tras alcanzar el dominio completo del continente, así consiguió tener bajo su control a las mentes mas brillantes en cada especialidad desarrollando nuevos artefactos para el.
    Tras esto declaro la guerra a Kayuren, sabiendo que lograba doblegar el protectorado que gobernaba un Kayain provocaría una desmoralización en aquellos que se oponían a el. Así, y mostrando todas sus cartas lanzo un ataque masivo sobre el protectorado, atacando tanto desde tierra como desde fuera de ella con los satélites que había construido en secreto. La victoria fue aplastante y la fuerza del dios protector quedo mas que demostrada.
    Tras esta demostración de fuerza casi todos los protectorados pactaron con Ergh y el concilio de los Italerien la supremacía absoluta de estos sobre el continente. Solo dos de los protectorados no pactaron, Dagorel y Letnur, y no tardarían mucho en desaparecer.
    Una vez asegurada su hegemonía Ergh comenzó a repartir el continente entre aquellos que le habían apoyado, redistribuyendo el continente en nuevos provincias organizadas por razas. Cada una de estas nuevas provincias estaba controlada por un miembro de los lideres de los protectorados que se habían rendido a el bajo la tutela de varios de sus Italerien los cuales solían ser principalmente Ailanu. El uso tanto de la tecnología restringido para las clases sociales mas bajas, así como para casi todos los humanos, Ilawar y Elaen. Tanto los Kayain como los Dragónidas que permanecían sobre el planeta habían sido prácticamente aniquilados, y los que no habían muerto bien se escondían, o habían realizado alianzas con el dios protector.
    El uso de la magia planar estaba completamente prohibido para aquellos que no habían sido expresamente entrenados para ello, y esto hizo que se diera comienzo a una caza de aquellos no censados. A los practicantes humanos de este arte se los llamaba Arcanos, ya que corrían leyendas de un humano que había logrado superar el poder de cualquier Ailanu y que gracias a sus conocimientos había alcanzado la inmortalidad, un humano llamado Iorum Arcanus, este hombre aseguraba que los humanos tenían el potencial para llegar a ser los seres mas poderosos del planeta, y eso era algo que Ergh y los suyos sabían a ciencia cierta y no estaban dispuestos a que llegara a cumplirse.
    De vez en cuando había interferencias e incidentes provocadas por una organización llamada la “Alianza de los pueblos libres”, pero esto apenas molestaba al poderoso imperio, ya que apenas contaba con seguidores que poseyeran un mínimo de poder. De cualquier manera, y como una nueva demostración de poder, dos de sus cabecillas fueron cazados y ejecutados por los Italerien y la escena de su muerte fue repetida en todas las grandes ciudades a modo de advertencia.
    Mientras tanto Ergh y sus científicos no dejaban de sorprender y maravillar al pueblo, primero con la construcción de las dos ciudades volantes, Stergion en Daegon, y Erghendor en Nargion, mas tarde con el lanzamiento de Quesell, la primera estación orbital habitable, y finalmente con Sartais la primera nave con misión de búsqueda de vida inteligente fuera de Daegon.
    Pero con el tiempo Ergh se fue creyendo mas el papel que había creado para si mimo, y se fue alejando de las labores mundanas, dejando el control absoluto a sus hombres, y retirándose a Erghendor desde donde se limitaba a observar los que sucedía por todo el planeta pero sin interferir.
    Mientras esto sucedía comenzó una dura pugna entre sus seguidores por sustituirle al mando del imperio, y esto causo que este se fraccionara en cientos de bandos. Las fronteras se hicieron muy flexibles y cambiaban constantemente con los intentos de los aspirantes de acumular el poder suficiente para sustituir al antiguo dios protector, pero las fuerzas estaban demasiado bien equilibradas como para que hubiera un vencedor claro, y Ergh disfrutaba demasiado del espectáculo como para animarse a abandonar su retiro e intervenir.
    Así que tras décadas de cruentas luchas, finalmente el gran imperio Ailanu desapareció, y aparecieron cientos de pequeños países sobre la faz de los dos continentes, la mayoría de ellos dominados por los antiguos hombres del dios protector, pero la hegemonía Ailanu había perdido mucho poder, y había gente que llevaba demasiado tiempo oculta esperando una oportunidad como esta para salir a la luz. Los Jonudi salieron a la superficie tras siglos de espera y comenzaron a lanzar pequeñas ofensivas contra las naciones mas débiles.
    Primero atacaron y conquistaron la isla de Kanyen con una facilidad pasmosa. Al igual que antaño haría Ergh habían estado sus satélites, los Kalaash en órbita desde la dimensión en la que habían estado ocultos trayéndolos a esta dimensión en el momento del ataque y destruyeron aquellos satélites Ailanu que custodiaban su objetivo. Kayne no era una simple isla, sino que se trataba de una de las principales bases de operaciones e inteligencia que quedaban del antiguo imperio y era algo que había sido respetado tras firmarse la paz entre los nuevos reinos, así que su conquista significaba una gran perdida para todos ellos.
    Así que decidieron que había llegado el momento de sacar a la luz un arma en la que habían estado trabajando unidos varios de estos países, los centauros. Al ser esta una creación posterior al imperio no había ninguna referencia sobre ellos en la información que poseían los Jonudi y el ataque de estos los cogió completamente desprevenidos, pero lo que les descoloco completamente, ya que las tropas que debían atacar la isla realizaron una alianza con ellos.
    Los centauros habían sido experimento realizados sobre prisioneros, y tras esto se les había sometido a lavados de cerebro para que seguían fielmente a sus creadores, pero estos no habían sido tan eficaces como pretendían los Ailanu, y cada cobaya recordaba perfectamente lo que había tenido que sufrir, y aprovecharon la primera ocasión que tuvieron para devolverles lo que les habían hecho, a ser posible con creces.
    Esto hizo que los Ailanu tuvieran que replantearse seriamente la posibilidad de reconquistar la isla, y ya que no podían destruirla desde el espacio a causa de los Kalaash Jonudi que la sobrevolaban, sellaron todo acceso a la isla ya fuera por métodos mundanos o sobrenaturales.
    Pero los Jonudi que habían atacado Kanien no eran los únicos que existían, y poco a poco cada vez llegaban mas noticias sobre ataques suyos contra diversos e importantes objetivos, y los centauros resultaron un arma ineficaz e inestables, así que todos los que permanecían en el continente fueron destruidos.
    Con la aparición de los Jonudi se reabrieron viejas enemistades entre las grandes potencia Ailanu que aprovecharon la oportunidad que se les presentaba para buscar la unificación del planeta bajo un único y férreo brazo, un nuevo dios protector. Pero esta vez el combate no se llevaba a cabo en el campo de batalla, sino fuera de este plano. El descubrimiento de la magia planar había sido el detonante de la ascensión de Ergh, así que tenia que haber alguna nueva fuente de energía arcana por descubrir que parecía eludir sus búsquedas.
    Todas las grandes potencias comenzaron a potenciar la investigación en el campo del viaje interplanar, y repentinamente las tornas habían cambiado para los Jonudi. Su numero era mucho menor que el de las tropas de los Ailanu, y habían perdido el factor sorpresa. El miedo que en un principio habían despertado en sus víctimas se había cambiado hacia curiosidad, tras mucho tiempo los Ailanu habían encontrado un nuevo reto, descubrir que eran realmente los Jonudi, y averiguar los métodos que usaban para viajar de su lugar de origen hasta Daegon.
    Pero durante mucho tiempo las investigaciones resultaron infructuosas. A pesar de que sabían que los aparatos que constuian funcionaban en la teoría, la practica se negaba a darles la razón y no sabían porque. Había algo en la misma esencia del planeta  que hacia inviable el viaje entre planos. Por mucho que lo intentaran y por mas que perfeccionaran sus maquinas estas no lograban atravesar las barreras invisibles. Y esto fue así hasta Sigma.
    El proyecto de Sigma se trataba en un principio de una segunda plataforma orbital, pero esta vez con fines militares. Un centro de investigación de nuevas armas que fue reconvertido en la primera estación orbital para la investigación interplanar, y resulto ser un éxito a medias. Sigma logro viajar hasta otro plano, pero nunca se supo el destino que tomó, ya que no se supo nada mas de ella. Pero el camino estaba abierto, eso era lo único que necesitaban para demostrar que sus teorías eran correctas. Se habían perdido muchas vidas y mucha mas gente la perdería también en los sucesivos intentos, pero había mucha gente para sustituirlas y estaban convencidos de que la recompensa merecía la pena el sacrificio.
    Y fue entonces cuando regreso Sartais. Había partido hacia mas de un milenio y ya prácticamente nadie se acordaba de ella, pero había logrado su objetivo y regresaba a casa con aquello que se les había encomendado, una raza inteligente  perteneciente a otro planeta, las Nivar, y con información sobre planetas cuya colonización era posible. Antes estas noticias ni siquiera Ergh pudo permanecer impasible, y abandonó temporalmente su retiro para saludar a los héroes que regresaban victoriosos a casa. A estos se les dedicaron grandes honores, y la gente se maravillo con la extraña belleza de la Nivar.
    Temporalmente se abandono la investigación interplanar y se comenzó a pensar en la colonización de otros planetas de este plano, miles de voluntarios se presentaban como colonos deseosos de abandonar este mundo. La tecnología del Sartais hacia mucho que había sido superada y las naves que se construyeron entonces podían recorrer la distancia que había surcada la Sartais mil veces mas rápido. Al no recibir noticias de la Sartais se había abandonado la investigación espacial, pero su vuelta fue un gran empujón para la investigación es este campo.
    También dio comienzo la construcción de la tercera ciudad donde vivirían los héroes del Sartais, esta construcción fue estaba siendo supervisada personalmente por Ergh pues también tenia intenciones de mudarse a esta nueva ciudad volante que seria la joya de todo lo que habían creado los Ailanu en toda su historia. Esta se comenzó a construir en una pequeña isla cercana a la provincia de Eladar una pequeña península en la costa sur este de Daegon.
    Se pretendía que esta ciudad fuera pionera en varios campos, seria la mas grande de las tres ciudades voladoras y poseería uno de los dispositivos de viaje interpelaran así como un puerto para naves espaciales. Pero lo que nadie esperaba es que poco antes de que la ciudad se alzara, durante las ultimas pruebas la ciudad desapareció, el dispositivo de viaje interpelaran había funcionado por primera vez en el planeta, y a pesar de que no se volvió a saber nada de ella no fue la alarma lo que esto desato sino que la euforia se apodero de todo el planeta, no se sabia porque, pero había quedado demostrado que el viaje interplanar desde la superficie del planeta era factible.
    Este pequeño éxito insuflo renovados ánimos a los científicos Ailanu que renanudaron sus esfuerzos por todo el planeta, aunque sobre todo en Tsaer y Dowsbad las dos principales potencias de Nargion que colocaron dispositivos para el viaje interdimensional prácticamente por toda la costa del continente así como en sus colonias en el pequeño continente de Rayhosha .
    También comenzaron su construcción en Eladar, cuya costa se inspecciono exhaustivamente buscando el detonante que había causado la desaparición de la isla, y durante una de las prospecciones se encontraron varias megalopolis Ilawar que interfirieron en el proyecto, y fue enviado un contingente de tropas dirigidos por Anarath, un Kayain, para acabar con la resistencia. La guerra se alargo mas de lo que habían previsto los Ailanu, así que estos decidieron actuar drásticamente destruyendo las montañas bajo las que se encontraban las ciudades separando con la violencia de su ataque la península del continente y hundiendo gran parte de las montañas que habían en su interior. Millones de Ilawar habían muerto, pero no importaba, todo era en pos del progreso, pero estos actos no pasarían desapercibidos.
    Las noticias del genocidio en las montañas Anaral se expandieron por todo el mundo, y se avivaron viejos fuegos en las almas de los descontentos con los Ailanu y esa era la única excusa que necesitaban para comenzar de nuevo las hostilidades. Los tres miembros inmortales que quedaban de la antigua alianza de los pueblos libres comenzaron a animar a estos descontentos para que se levantaran en armas, y fue entonces cuando salieron a la luz los agentes que habían ido introduciendo a lo largo del tiempo en las estructuras de poder de las potencias Ailanu, la tecnología ya no era patrimonio exclusivo de estos y como la alianza quería estallaron guerras civiles en casi todas las naciones Ailanu y se formaron extrañas alianzas entre aquellas que no lo eran. Como colofón a todo esto los sacerdotes de Avjaal que hasta entonces habían permanecido neutrales en todos los conflictos que se habían sucedido hasta la época anunciaron la desaparición de la mitad de la población mundial, y que esto solo anunciaría el final de la hegemonía Ailanu.
    En un principio estas advertencias se tomaron como amenazas y provocaron represarias contra ellos, sus iglesias fueron  quemadas todo el planeta y esto obligo a los sacerdotes a esconderse de la gente. Todos los sacerdotes de Avjaal abandonaron el continente de Nargion y se dirigieron Daegon donde permanecieron ocultos sabiendo que la profecía era inevitable, pero sabiendo también que sus días entre los hombre habían acabado, pues pronto llegarían otros dioses mas jóvenes y menos lóbregos que el suyo que calarían mas hondo entre los hombres. Pero continuaron preparándose porque también sabían que en el momento final todo dependería de uno de ellos.
    Y tal como habían predicho los Avyalish, la mitad de la población mundial desapareció. Coincidiendo con un gran cataclismo a sacudió todo el planeta Nargion, Rayhosha y la antigua península de Eladar desaparecieron, y de Daegon se desprendieron fragmentos de tierra creando las grandes islas de Thurgold, Sembia, Mashlan, Shatterd y Northland.
    El pánico se generalizo y la gente buscaba desesperadamente pasajes para abandonar el planeta, y este fue el momento elegido por Sartais, Niel, Síelt, y Nimlur, los planetas colonia para proclamar su independencia sobre los imperios Ailanu de Daegon. Mientras tanto, en el mismo planeta, las guerras se civiles se volvieron mas cruentas y las grandes masacres se sucedían por todas partes. Armas de destrucción masiva acababan con países enteros, y entonces sucedió, los satélites Ailanu lanzaron su ultima defensa, los anuladores de tecnología. Solo Stergion era inmune a estas armas, el noventa por ciento de la tecnología sobre la superficie del planeta dejo de funcionar, las naciones volvieron a estas como hacia milenios, nuevamente se imponía la ley del mas fuerte, y nuevamente los Ailanu eran los mas fuertes, y creían tener el control. Pero esta era una sensación falsa.
    A lo largo del tiempo la gente había dependido de la tecnología, y al quitársela de golpe la locura se apodero de todo el mundo, por todas partes los Ailanu eran lapidados fuera cual fuera su posición, el único refugio seguro era Stergion pero no había medios para llegar hasta ella, solo los practicantes de magia planar eran capaces de llegar hasta ella, pero estos eran muy pocos y no se hacían notar. Durante años el caos domino la superficie del planeta, y los habitantes de Stergion se dieron cuenta de que estaban solos, y que ni siquiera en la ciudad estaban seguros. Se sucedían los ataques de contra ella por parte la alianza de los pueblos libres. Estos estaban comandados por Ailanu renegados, usuarios de magia planar, Dragónidas, los pocos Kayain que quedaban sobre Daegon y los Dragónidas ancianos, los Dragones. Su numero era reducido, pero su poder grande, a pesar de que las defensas aguantaban, sabían que su derrota solo era cuestión de tiempo, no tenían opción, sus colonias en otros planetas se habían desligado completamente de ellos y no los aceptaban, eran ellos o el resto y la elección era lógica, una vez exterminado todo enemigo potencial ellos volverían a repoblar el planeta, pero el destino jugaba contra ellos.
    Poco antes de completar los preparativos para el ataque masivo contra la superficie del planeta, Kirón, uno de los Tayshari llego a Stergion anunciando la próxima llegada de sus hermanos. Kiron fue abatido por las defensas de la ciudad y débil como estaba tras dos mil años de guerra no sobrevivió a las terribles armas de los Ailanu, esto hizo que la autoestima de estos se incrementara sobremanera, habían matado a un dios, habían superado a sus creadores, nada ni nadie seria capaz de detenerles. Los Tayshari mandaron dos mensajeros mas para avisar de su retorno, y también estos murieron. La audacia de los Ailanu no conocía limites y eso era algo que no podían soportar los Tayshari y eso era algo que no estaban dispuestos a admitir, así que tomaron medidas drásticas. Tanto su piedad como su paciencia habían sido puestas a prueba y solo veían un castigo posible. Exiliaron a todos los Ailanu del planeta enviándolos a Namak donde su arrogancia y poder podrían se bien usadas e impidieron que estos regresaran por cualquier medio conocido. También los marcaron para que todos aquellos que los vieran supieran que eran una raza maldita y les  dieron unas alas correosas para que cargaran con ellas durante toda la eternidad. Asimismo marcaron a aquellos que eran hijos suyos con la misma marca, pero estos no fueron condenados a vivir entre el enemigo, sino a cuidar la entrada que este tenia a Daegon. 

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