Los hijos de la Oscuridad

 

Ilustración de Jose Antonio Torbisco
Los Jonudi

 Historia:
    Los Jonudi son las creaciones de los Enaitas. Durante milenios vivieron en Jonund con la única función de adorar, y hacer compañía a sus creadores. En aquellos tiempos carecían de forma física, y desconocían lo que había mas allá de las fronteras de su mundo así como sentimientos de temor codicia o envidia (carecían de posesiones y todos ellos eran idénticos entre si). Jonund era el plano de la oscuridad, y como tal carecían de luz ya fuer solar o artificial loa Jonudi desconocían el significado del tiempo, y poseían la sabiduría que otorga la inmortalidad.
    Pero cuando llegaron los Namakitas a su hogar, de nada les sirvió su sabiduría, y se vieron obligados a huir con los Enaitas dejando a sus hermanos abandonados en manos de Baal.
    Tras su llegada a Daegon quedaron fascinados por la gran variedad de seres que allí encontraron y sintieron envidia de ellos pues todos ellos eran diferentes entre si. Así, los Jonudi comenzaron a asumir formar que imitaban a las de sus anfitriones, y comenzaron a mezclarse con ellos olvidándose de sus padres.

    Mientras tanto los Enaitas buscaban seguidores entre los habitantes de Daegon pues habían perdido a muchos de los suyos en la huida, y estaban débiles después de la batalla contra los Namakitas. Tras encontrar seguidores buscaron un lugar en el que asentarse, lugar que encontraron en la luna.
 Los Jonudi tras descubrir que habían sido substituidos por otros se sintieron agraviados, y fueron a pedir explicaciones a sus padres pero, estos ya no estaban para responder a sus preguntas. Por lo cual renunciaron a su adoración, y despreciaron a aquellos que les habían quitado sus privilegios como únicos servidores de los Enaitas. Tras esto asumieron una forma que causara terror en aquellos que se oponían a ellos.

    Así, al ser llamados por sus padres para luchar contra los Namakitas cuando estos llegaron a Daegon, se negaron. Y comenzaron una lucha contra los Ailanu por la supremacía sobre las demás razas. Fueron los únicos, a parte de estos capaces, de crear tecnología, y durante mucho tiempo fueron el único enemigo que tuvieron los Ailanu.
 Tras mucho tiempo de guerra vieron que pese a su tecnología superior, su inferioridad numérica (y su carencia de conocimientos mágicos) acabaría costándoles su derrota. Así que llevaron sus ciudades a Nusureh, y durmieron hasta un mejor momento para su venganza.

    Permanecieron allí durante mas de 4.000 años hasta que sus maquinas despertaron al pueblo de Shaen´Tau´Hye, y de nuevo, lo elevaron hasta la superficie, en espera de que los Ailanu tuvieran menos poder que antaño. Su sorpresa, y alegría fueron inmensas cuando descubrieron que los Ailanu habían sido expulsados, y Hye, asaltado por un sentimiento de codicia, no llamó a sus hermanos, con la esperanza de poder conquistar con sus siervos a los humanos que ni siquiera poseían tecnología. Pero la conquista no era fácil, ya que los humanos de esa tierra les opusieron una resistencia no esperada. El avance de los Jonudi era cada vez mas lento, a pesar de su inmortalidad, 100 años era demasiado tiempo, y apenas habían conquistado la isla de Northland. Habían menospreciado a su enemigo, y eso estaba provocando grandes retrasos en su conquista. A la inesperada resistencia de los humanos, se sumo mas tarde la llegada de los Kesari que, termino por desequilibrar completamente la balanza de poder hacia el lado humano.
    Hye, derrotado no podía regresar con sus hermanos después de haberlos traicionado, y se vio obligado a permanecer en la superficie a la espera de una mejor oportunidad de conquista.

    Al no llegar informes de Hye, las maquinas Jonudi dieron por supuesta su aniquilación, y tardaron 1.000 años mas en mandar otra expedición al exterior. Pero, esta vez, fue haciendo emerger sus ciudades en distintos lugares del planeta, esperando que las fuerzas enemigas de la superficie no pudieran prepararse para un ataque masivo.
Su plan inicial fue exitoso y varios países cayeron rápidamente bajo su control, pero al realizar un ataque a tan gran escala, sus fuerzas habían quedado muy debilitadas, y tras la sorpresa inicial, los habitantes de la superficie comenzaron a reaccionar. Naciones antaño enfrentadas, formaban alianzas para expulsar al enemigo común. La elite Jonudi, ante el brusco cambio de la guerra, decidió sacrificar algunas de sus ciudades, y reunir a todas sus fuerzas en un mismo lugar, desde el que retomar la ofensiva. Al no se capaces de reproducirse, los Jonudi no podían permitirse el lujo de hacer una conquista a gran escala, y no cometieron el error de Hye de subestimar a sus rivales. Así, con una sólida base en Baern, comenzaron a expandirse con seguridad por los países vecinos que poco pudieron hacer contra su superioridad tecnológica.
    Pero nuevamente el azar era desfavorable para ellos. Los Jonudi aparecidos en Werela hicieron caso omiso a las ordenes de la elite, y formaron bando común con los Angorm contra sus antiguos hermanos. Así, tuvieron que ceder nuevamente uno mas de sus objetivos. Pero esto no fue mas que un retraso para los planes de la elite, la parte primaria de sus planes de conquista había sido lograda, tenían una base estable en la superficie, y poder ofensivo y defensivo suficiente para mantenerla hasta encontrar una solución contra su otro gran problema, la reproducción. Si los Ailanu habían conseguido hacerlos huir, fue precisamente gracias a ello. No podían reponer las bajas que estos les causaban, y los Yunraêh eran simplemente un mal recambio.
    Así, una vez detenida la guerra, los genetistas Jonudi se dedicaron a investigar los cuerpos de los Yunraêh, solo para descubrir, que estos habían perdido también su capacidad reproductora, al igual que su resistencia a la luz solar. Tras estos descubrimientos, los genetistas trataron de crear un ser perfecto que supliera estas limitaciones, cada miembro de la elite cedió paste de su esencia para la creación del Taj´Lei´Gobeh, el ser superior que les guiaría en la conquista, sus dioses les habían abandonado, así que ellos crearían sus propios dioses.
    Pero la magnitud de este proyecto hizo que descuidaran algo de lo que nunca se habían preocupado en exceso, los Yunraêh. Durante años, estos seres habían sido esclavos sumisos a sus ordenes. Pero al cesar la guerra, dejaron de ser útiles, y se abandonó el control que se ejercía sobre ellos, tras esto, los Yunraêh dejaron de recibir el sustento que necesitaban para seguir existiendo, y comenzaron a tomar consciencia de nuevo. En un principio siguieron realizando sus funciones, como movidos por la inercia. Pero con el tiempo apareció un líder carismático entre ellos, Harlad Nytil. El antaño Shraeb de Bran (la capital de Baern), organizó en secreto una fuerza que se opusiera a los Jonudi, no para expulsarlos, sino para sucederles en la conquista. En aquel momento el numero de Yunraêh era con mucho superior al de Jonudi, y estos no habían descubierto que junto a sus defectos, también habían adquirido algunas de sus virtudes. La edad no causaba mella en ellos, su fuerza y resistencia incrementaba de una manera espectacular, eran capaces de dominar a otros seres con su voluntad, podían adquirir la forma original de los Jonudi, y una vez que su creador abandonaba el control sobre su víctima, esta se volvía inmune a el. Con la confianza y la fuerza que da el numero, Nytil hizo estallar una guerra civil en el joven imperio Jonudi.
 Los Jonudi se encerraron bajo las cúpulas de sus ciudades manteniendo temporalmente fuera a sus antiguos esclavos, mientras esperaban finalizar la creación del Taj´Lei´Gobeh. Para ello, la elite ordenó a los genetistas acelerar el crecimiento de la criatura.
    A la rebelión de los Yunraêh, se unieron unos rayos llegados del cielo que destruyeron las bóvedas que les protegían del sol, al mismo tiempo que la maquina en la que se estaba gestando su tan esperada criatura. Al estallar la maquina, esta abrió un portal que mando al Taj´Lei´Gobeh a otro plano acabando al mismo tiempo con los genetistas que cuidaban de ella.
    Esta serie de sucesos, hizo que la elite decidiera llevar sus ciudades nuevamente a Nusureh, la perdida del Taj´Lei´Gobeh y los genetistas había sido un golpe demasiado duro para sus aspiraciones, y necesitaban tiempo para reponerse de estos contratiempos. Pero los Jonudi nunca olvidaron la traición de los Yunraêh.
Una vez asentados nuevamente en la tierra sin luz, la elite intentó recomponer la antigua estructura de poder. Pero la estancia en la superficie había hecho cambiar a los Jonudi, cada Tar´Kiriz tenia un nuevo señor que no pertenecía a la elite, y que no aceptaba su soberanía, y la elite no podía permitirse el lujo de iniciar una nueva guerra contra los sublevados, contando todos los Tar´Kiriz, apenas llegaban a los 2.000 Jonudi, todas sus esperanzas habían sido depositadas en el Taj´Lei´Gobeh, y este había desaparecido junto a aquellos capaces de crear otro. Mientras no pudieran reproducirse habría paz, pero algún día encontrarían al ser supremo, y entonces todos los que les habían traicionado pagarían por ello.

Descripción Física:
    Su aspecto es humanoide, tendiendo a ser muy estilizados (altos, y extremadamente delgados) suelen medir entre 1,90, y 2,20. Su rostro carece de rasgos distintivos como nariz orejas o cabello, y su boca carece de labios mostrándose como una ligera línea que se amplia de manera increíble dejando mostrar una dentadura que haría temer hasta al terrible de los depredadores. Carecen de ojos pero se ven vestigios de una posible capacidad craneal para ellos que esta oculta tras la materia que recubre todo su cuerpo. Sus dedos son angulosos, y delgados careciendo de uñas y acabando en punta. Cuentan con cuatro dedos en cada mano, y dos en cada pié.
    Los Jonudi carecen de un esqueleto similar al del resto de los seres conocidos. Todo su cuerpo esta recubierto de una substancia de un color negruzco, y que parece absorber la luz lo cual les hace ser prácticamente invisibles con un mínimo de oscuridad. Esta substancia que tiene un tacto rugoso y aspecto pétreo parece ser un exo-esqueleto que les mantiene con una forma cohesionada, y les sirve como coraza protectora dada su gran resistencia a los golpes.

La Sociedad Jonudi:
    Gracias a sus maquinas, las ciudades Jonudi permanecen bajo tierra, en una dimensión que llaman “Nusureh” (tierra sin luz), a la que también pueden acceder aquellos Jonudi que conservan la capacidad de retomar su forma original (la elite). Los Jonudi se agrupan en grandes comunidades, estas comunidades son llamadas “Tar´Kiriz” (que puede traducirse como ciudad, o lugar de reunión). Todas las Tar´Kiriz están unidas entre si por el llamado “Nûru´Katézilen” (portal negro), que rara vez es usado salvo en contadas ocasiones.
    Las relaciones entre los nueve Tar´Kiriz son muy tensas, y todas buscan el mismo objetivo, encontrar al Taj´Lei´Gobeh, el ser que presuntamente podría hacer que su numero aumentara. A pesar de toda su tecnología, han sido incapaces de encontrar una solución para su gran problema. Y pese a que los han intentado muchos de ellos, por alguna extraña razón son incapaces de practicar la magia planar.
    La otra gran ocupación (y diversión) de los Jonudi, es la caza y exterminio de los Yunraêh, quienes antaño les traicionaron. Si por alguna razón se ve algún Jonudi en la superficie (salvo los sirvientes de Shaen´Tau´Hye, y los pocos que quedan en Werela), es porque están de cacería. En ese caso, el cazador suele vampirizar a varios humanos para que le ayuden durante la cacería, para acabar con ellos cuando esta termina. La cacería, a parte de una mera distracción, también significa para los Jonudi un intento de superación, pues al cazar a un Yunraêh, también recuperan la parte de si mismos que dejaron en él. Es por ello muy importante para cada Jonudi acabar con los humanos que ha Yunraêh cada uno, pues la caza de ese humano por parte de otro Jonudi, haría que este tuviera poder sobre el creador del Yunraêh.
    Los Jonudi no necesitan comer, dormir, o respirar, así que su existencia es muy monótona, y dedican todo si tiempo a acabar con esa monotonía. Es por ello que, pese lo que pueda parecer, son muy apasionados. Una vez que se proponen una labor, no se detienen ante nada hasta conseguirla.

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